martes, 27 de agosto de 2013

"El temor de un hombre sabio": Los Adem

¡Hola a todos! Hoy os traigo una entrada que no es exactamente una reseña, pero algo parecido. Y es que os quiero hablar del libro de "El temor de un hombre sabio", de Patrick Rothfuss. Como muchos sabréis, éste es el 2º (y último editado en estos momentos) libro de la trilogía de "Crónica del Asesino de Reyes", que pronto será llevado a la pequeña pantalla.

Podría hacer una extensa reseña de este libro de más de 1000 páginas, pero lo que en realidad quiero es hablar de una de las partes de éste: Ademre. Éste es el nombre de una civilización que vive en las montañas, escondiéndose entre las rocas del fuerte viento que arrecia siempre. Los Adem son los habitantes del lugar, rubios y de ojos grises. Su pueblo está dividido en tribus con distintas escuelas que practican diferentes estilos de lucha, y cuando llegan a cierto nivel se les otorgan unas características ropas color sangre con las que se les consideran guerreros formados. Consideran que mostrar los sentimientos con expresiones faciales es algo poco civilizado y con matices poco claros, y por tanto, salvo en la intimidad, muestran expresiones imperturbables, y expresan lo que sienten con gestos de las manos.
Pues bien, este pueblo tiene unas particularidades espaciales que aprecio sobremanera. Como entenderéis, allá donde va una mujer se encuentra con personas que piensan que existe inferioridad intelectual o diferencias de gustos con los hombres, así que esto me conmovió un tanto lo que encontré. Los Adem son un pueblo guerrero, pero quienes se consideran mejores mercenarios son las mujeres, debido a su temple, a que no son violentas, a que se centran y maduran rápido. Por esa misma razón son las que se vuelven maestras después para las nuevas generaciones.
Además, los Adem son un pueblo de sexualidad abierta. Como le dice al protagonista su maestra: "¡Bárbaros! Se me había olvidado lo atrasados que sois. Mi rey poeta también era así. Tardó muchísimo en comprender la verdad: que existe una gran diferencia entre el pene y el corazón". Esta frase va tanto para hombres como para mujeres, por supuesto. Uno puede tener sexo con amor, puede cocinar con amor, puede comer con amor, puede hacer algo con amor, tratar a alguien con amor, pero también se puede hacer sin amor, y generalmente sin crítica, salvo si es sexo, claro, hahahaha...
Pues bien, en otra ocasión él le habla de otra joven y ella se exaspera al pensar que él pueda pensar que ella no ha estado mientras con otros hombres. Él le responde que no, que eso da igual, y ella le dice que eso es porque ha alcanzado un grado de civilización. Con estas palabras estoy completamente de acuerdo, esconder tu cuerpo, negar tu sexualidad o ser obligado a aceptar un convenio de monogamia en cuanto conoces a alguien es algo antinatural, incivilizado y además una imposición moral impertinente.
Con esta opinión os dejo por hoy. ¡Hasta pronto!

Atte!



2 comentarios:

  1. ¿Y que opinas de como conciben la concepción de los hijos? Me pareció un contrapunto divertido y humanizante.

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    1. Sin duda es un contrapunto a la visión europea actual sobre la paternidad. En estos tiempos, las mujeres pretendemos que el hombre entienda la importancia de su participación en la crianza de los hijos, haciéndoles ver cuál es su papel. Pero en verdad la madre siempre será más importante. En resumen, la visión que da Rothfuss es más natural, y la nuestra más social.

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